Los neumáticos son vitales para la seguridad en la carretera, por eso, hay que prestar mucha atención a varias cuestiones relacionadas con ellos. El estado de la goma es algo que no hay que dejar de revisar periódicamente, pero también la presión de las ruedas es algo que debemos observar.
Pero aquí viene la gran pregunta. ¿Cuánto es lo adecuado? ¿Qué presión debemos llevar en los neumáticos para tener la mayor seguridad vial con nuestro coche? Eso es lo que vamos a intentar responderte en este artículo.
La presión de los neumáticos
Es importante llevar una presión adecuada, además de mantener en buen estado los neumáticos de las ruedas. De ello depende nuestra seguridad, además de la seguridad de los que nos rodean.
Pecar por exceso como por defecto, en el caso de los neumáticos es un problema, porque en ambos lados puede llegar el accidente.
En términos generales, podemos decir que la presión adecuada es de 2,5 bares. Pero estamos hablando de una cifra genérica, sin tener en cuenta el tipo de coche, el modelo, o si lo llevas cargado hasta arriba o no.
Estos son factores que debemos tener muy en cuenta a la hora de ajustar la presión de los neumáticos.
En el manual de tu coche, vas a tener la información precisa de la presión a la que debes llevar los neumáticos. Cabe decir, que en los modelos más modernos, esto se controla mediante la tecnología gracias al sistema de monitorización del neumático (TPMS). Este sistema te avisa en el momento que haya una presión que no sea la adecuada.
En cualquier caso, siempre está bien darle un vistazo y saber cuál es la presión, así entenderás más cosas de tu propio coche y podrás estar al tanto por si falla ese sistema (aunque no es algo usual, precisamente).
Problemas que puede ocasionar una presión inadecuada de los neumáticos
Tanto el exceso de presión como el defecto de la misma, puede suponer un problema. Vamos a ver cuáles son los problemas más habituales que nos podemos encontrar.
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Si tenemos una presión más baja:
En general, nos vamos a encontrar con un coche menos manejable, vas a notar como conducirlo ya no es una tarea tan sencilla a la que estás acostumbrado. Por supuesto, esta sensación la vas a notar enseguida, antes de que pueda pasarte algo, pero si es cierto que, de no tenerlo en cuenta, esa dificultad extra nos va a poner problemas en la carretera.
Un reventón es otra de las consecuencias que podemos sufrir con neumáticos con presión baja. Obviamente, el problema de tener esto en plena carretera es evidente en cuanto a la seguridad.
Si el pavimento está mojado, notarás como se aumenta la distancia de frenado si no tienes una presión adecuada. Además, se disminuye la resistencia al llamado “aquaplaning”, que es el deslizamiento incontrolado de un vehículo debido a una falta de adherencia.
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En el caso de tener una presión mayor:
Los neumáticos con una presión más alta de lo recomendable van a tener una menor adherencia al asfalto. A nivel de comodidad de conducción y de confort en general, también vas a notar como “no es la de siempre”.
Tener en cuenta esto te puede ayudar a “detectar” que ha ocurrido algo con los neumáticos. Por lo que esta es una ayuda para estar “atento” al caso.
El desgaste de los neumáticos es mayor y, en un último punto, también vamos a notar que el consumo de combustible es mayor.
Cómo revisar la presión de los neumáticos
Ya hemos visto lo importante que es hacer una revisión. Para ello, vamos a tener en cuenta los siguientes consejos.
Lo primero, es saber que tenemos que hacer esta revisión con los neumáticos en frío. Antes de arrancar es un buen momento para hacerlo. Hazte con un manómetro, aunque los vas a encontrar en gasolineras o vías de servicio sin ningún coste.
Evidentemente, el vehículo debe estar parado para hacer la medición, así como con el motor apagado.
Quita el tapón con cuidado y engancha la manguera del manómetro hasta el final. En ese momento verás y podrás comparar la presión que tiene con la indicada por el fabricante.
A partir de ahí, solo será desinflar o inflar el neumático, según el caso.